martes, 29 de abril de 2014

La poesía de manos de un rockero parte III: Luis Alberto Spinetta.

   ¡Bienvenidos sean a una nueva edición de Brave New World! Hoy seguimos conociendo a la poesía de la pluma de los rockeros. En esta ocasión, es el turno de Luis Alberto Spinetta o "El Flaco Spinetta", para la mayoría. El libro al que pertenece el poema que les traigo, se titula "Guitarra Negra". Un libro en donde además de poder disfrutar de la poesía de este señor cantor y poeta, podrán también leer una entrevista a su persona. 
   Ahora, pese a que me gusta muchisimo lo que hacía Spinetta, no voy a caretearla, o a adularlo como al mejor músico argentino. Porque primero, no creo que lo sea, y porque segundo, siendo la carrera de L.A.S, una carrera musical muy extensa, yo me considero poco conocedor, y no me considero fanático suyo ni cerca. Aún así, vale decir que su genio se veía a simple vista, y que como poeta, hacía lo propio; eso es innegable.  Como siempre digo, una lastima que un artista como él haya tenido que morir para poder ser ampliamente reconocido. Una realidad bastante jodida si nos ponemos a pensar. Una realidad triste, triste como pocas. Esperemos que un día, aprendamos a reconocer a nuestros artistas cuando están vivos y coleando. Espero, personalmente, que las industrias que viven del arte, algún día dejen de lucrar con la muerte de esos que tienen esa magia tan particular que por lo general llamamos talento. 
   Tras esta breve introducción, los invito a leer un poema del señor Luis Alberto Spinetta y a descargarse su libro, si así lo quieren. 

Luis Alberto Spinetta - Guitarra negra

I

Yo nacía como un pato salvaje
pero era sólo consumación de brotes.
era eterno mi corazón eterna mi dicha
postrero el cuerpo para criaturarme.

Yo bebía de mi propia carne
como un secuestro de las razones no dadas.
Luego bebía de las viejas comarcas
ansiando que un suelo me proyectase desde la luz
como a un molino sensible
y el cielo me iluminaba
y yo ignoraba a los profetas.

Después me acomodaba en los látigos de la arena
detestando la sed infinita
obligándome dulcemente a echar del olvido al desierto
haciéndome fotos como ángel
como trueno
como especie inaudible de ritual corpóreo.

Y el silbido de mi viento interno,
eterno viento dentro de las uvas de las almas,
se consagró en los subsuelos del templo pagano
para perdurar en el antagonismo.
Ya que mis ramas carecen de rezos
Con los que al flotar se lea el horizonte.


martes, 22 de abril de 2014

La vida es la que recordamos: El adiós a Gabriel García Marquez.

  El 17 de Abril de 2014. O sea, la semana pasada, nos dejaba una figura icónica de la literatura universal. Uno de los orgullos de la literatura latinoamericana, y de la literatura hispanohablante (Con el permiso de Cervantez, claro). Un 17 de Abril de 2014, una novela lloraba en algún rincón. Ese día, no encontraba lector alguno. Ese día, alguien encontraba rastros de sangre en la nieve, y vivía cien años de soledad en tan solo 24 horas. 
  Lo cierto es que más allá de que seguramente -como pasa siempre -la muerte de un autor, puede ser también su mejor publicidad (Hecho lamentable, debería valorarse a los artistas mientras viven, aunque García Marquez haya logrado un tremendo reconocimiento) yo, espero que se lucre lo menos posible con la muerte de este señor, que pese a no ser de mis autores preferidos, uno no puede menos que admirarse de tan tamaña carrera literaria. Podría colgar por acá una frase para terminar de ilustrar este pequeño homenaje en mi blog, pero no lo voy a hacer. Prefiero dejarles un relato, que puede ilustrar en forma mejor y más completa esta publicación dedicada a su memoria. Porque García Marquez no es solo un par de frases bonitas, ni es simplemente un ganador de un nobel; Gabriel García Marquez es un icono, es un escritor influyente, pero es por sobre todas las cosas, su talento, y su propia memoria. No nos olvidemos que su memoria vive en sus historias, y es por eso que he elegido para cerrar este homenaje el cuento Ladrón de Sábado, de su autoría. 
   Y así llego al fin de esta publicación semanal, y de este humilde homenaje. La semana que viene, seguiremos leyendo poesía de la pluma de algún rockero, por ahora, los invito a leer algo de García Marquez, y deleitarse con su narrativa. ¡Enorme saludo! 


Ladrón de Sábado

    Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: «¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir.
    A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es velador de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando Cómo fue en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres.
   A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad.
    En esos momentos una amiga pasa para invitarla a comer. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala.
   Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece.


miércoles, 16 de abril de 2014

La poesía de manos de un rockero parte II: Gustavo "Chizzo" Napoli - El Secreto de las Lucidas Formas.



  ¡Hola otra vez! Me alegra poder publicar nuevamente. Tenemos fin de semana largo y bueno, puedo tomarme el tiempo para pasarme por acá dejarles algo a los lectores. Como sabrán, se me hace dificil poder publicar semanalmente como tenía previsto, pues, estoy cursando en la universidad -Para aquellos a quienes les interese, curso el Profesorado de Lengua y Literatura- y si bien, el tiempo que tengo ahora, esta limitado por esto, tengo que decir que es muy placentero y gratificante. 
  Sobre la publicación que tuvo lugar la semana pasada, paso a explicar algunas cosas: En un principio, me había planteado publicar el poema de Txus, solo para compensar la falta de atención al blog, como una publicación de relleno, y luego, se me ocurrió que pudría ser una excelente idea hacer una serie de posts sobre músicos que hayan incursionado en la literatura -En la poesía, más puntualmente-. En segundo lugar, les cuento que el poema que protagonizó la publicación anterior, es un poema propio de Txus Di Fellatio (Mägo de Oz, Burdel King) extraído de su poemiario "El Cementerio de los Versos Perdidos" que dejo a continuación. 

  Txus Di Fellatio - El Cementerio de los Versos perdidos (Libro y poemas recitados por el propio Txus y musicalizados por Juanmi Rodríguez y Jorge Salán, la edición que les presento, trae además tres canciones indeditas): https://mega.co.nz/#!4plFxDZY!vBwJp87v3_P73Rez06tKmE65RqQQR0VhJvh06ghMuHg



La poesía de manos de un rockero parte II: Gustavo "Chizzo" Napoli - El Secreto de las Lucidas Formas.

  Esta semana, y como una continuación de lo que empezó la semana pasada, les traigo un poema de Gustado "Chizzo" Napoli (Cantante, guitarrista, compositor y líder de La Renga) que extraje del libro de poemas que publicó junto a otro poeta (Que a decir verdad, no hubiese conocido si no fuera por este libro) llamado Fernando Vera. La verdad es que me llevé una gran sorpresa cuando me encontré con este poemiario en la red, porque si bien me gustan mucho las letras de "La Renga", me sorprendió que Chizzo escribiese así. En realidad no es tanto que me sorprendió; dejen que me corrija. Debería decir que me impactó, pues sabía que Napoli era un buen escritor. Sin mucho más que decirles, me dedico a desearles que disfruten de la lectura que les traigo el día de hoy. Me despido. ¡Pasen un copado fin de semana! 



Descargar "Estaciones de Tinta Negra" (Napoli - Vera): https://mega.co.nz/#!A9VgwARZ!4Ki56hwpFp4SwCIvSLvWlJwT_61O8p9P4lQABLkIHJM


El Secreto de las Lucidas Formas.

El secreto de las lucidas formas está en tu mente
y ahí es donde yacen sepultadas.
Abre un ojo más,
abre la mano sin el guante,
pon en el agua el fruto de la espora
y mete tu alma
ni bien entibie lo que hierve.
Unta el paladar con abismos,
unta de salvaje tu mente,
si de algo has de ser cautivo,
deja que tu viaje te lo muestre. 
No se encuentran respuestas ahora que estás vivo,
sólo se vuelve recién, cuando nada se haya traído. 
Todo ese mundo en el que estás ahora
habla para vos,
sabe: estás en tu alma. 
Ella lo dice con tu voz.
Es el secreto de las lucidas formas
lo que tu mente puede explicar pero nada puede decir.
Ahora soltarse, llevarse un poco a solas,
mañana cuando amanezca
será saber
que alguien nuevo en vos se ha despertado.


sábado, 12 de abril de 2014

La poesía de manos de un rockero: Txus Di Fellatio - Lamento.

  ¡Hola de nuevo! Un tiempo sin publicar nada. ¿Quien tiene la culpa? ¡La universidad! Desde luego. Como prácticamente no anduve con tiempo de escribir algo para el blog, hoy decidí traerles un poema de Txus Di Fellatio, baterista y letrista de la conocida banda española de Folk Metal y Folk Rock, Mägo de Oz. Espero que los lectores sepan disculpar la falta de constancia, pero de verdad se hace difícil mantener constancia con el blog, puesto que últimamente, casi no me siento en la PC. Un saludo a los que lean, y espero disfruten del poema que protagoniza el post de esta semana. 


Lamentos

Qué pena ser victoria y ser derrota,
y no simplemente intento.
Qué pena no tener el Alma rota
y morir de amor, morir sintiendo.

Qué pena ser inicio y ser llegada,
tener meta y ser su dueño.
Qué pena no ser camino,
y aún sin llegar, tener un sueño.

Qué pena no ser duda ni pregunta,
simplemente ser lo cierto.
Qué pena ser la masa que en mi, junta
toda causa a un efecto.

Y mi lamento grita templanza.
Que seas mi victoria, meta y lo incierto,
que seas camino, y si alcanza…,
que pegadita a mi derrota, a mi pregunta,
me regales tu mirada, y muy junta…,
a mi Alma, tu sueño…, después de muerto.

Qué pena ser hola y despedida,
y no simplemente encuentro.
Qué pena ser punto de partida,
y morir en vida, morir viviendo.