miércoles, 30 de diciembre de 2015

Publicación de fin de año: Lo mejor que leí en el 2015

El año se nos va, como se nos escapa todo. Granos de arena que se escurren por nuestros dedos -o más o menos así lo habría dicho Poe -. No quiero caer en los típicos, monótonos y predecibles "balances del año" que la gente publica en Facebook con tanta insistencia y que a mí, en particular, me aburren en demasía. Por eso me propuse algo distinto: una lista de los diez mejores libros que leí durante el año.
Siempre me digo que es importante que un libro te deje algo, y no me refiero a una enseñanza del tipo moral, prescriptiva, una enseñanza de vida. No, no lo considero necesario; un libro -siempre estoy hablando desde mi perspectiva -puede dejarte una descripción, una metáfora, una frase, un pensamiento, una escena, un personaje; puede dejarte muchas cosas, también enseñanzas de vida, claro. Son esas cosas las que importan. Entonces diría ¿Cuándo un libro realmente me gustó? Cuando al cerrarlo y al tiempo, me queda la certeza de haber leído algo que valió la pena, algo que completó algo de alguna forma en mi interior. Entonces empecemos. (Cabe aclarar que esto es una lista, no un ranking).



1. Ernesto Sábato - Abaddón, El Exterminador: Lo pongo primero, no porque sea el mejor -como dije, no se trata de un ranking -sino porque quizá es uno de los que más me gustó leer. Me queda un recuerdo muy grato de algunos personajes: Sabato, Nacho, Bruno... Es una novela vanguardista, oscura, pesimista pero con un rayo de luz, hay esperanza. En algún punto de la novela se hace imposible no remitirse a Roland Barthes y la muerte del autor. La novela termina con esa especie de trilogía que Sábato había comenzado con El Tunel (1948) y que había sido sucedida por Sobre Héroes y Tumbas (1961) -para muchos, una de las mejores novelas de la literatura argentina -; como dije antes, vanguardista, de estilo oscuro, abrumador y paranóico, Abaddón sabe sumir al lector en esos personajes entrañables y a la vez despreciables que Ernesto Sábato ha parido con la tinta de su pluma. 

2. Popol Vuh - Traducción de Adrián Recinos: Comencé a leerlo con algo de recelo y algunos prejuicios. Los mitos cosmogónicos de la cultura Maya-quiché supieron darme lo que muchas novelas de autores contemporáneos no. No me pregunten qué es. Esos mitos vienen marcados, de alguna forma, con algo que sabe llegar al lector. La creación, el descenso a los infiernos, la idea de la resurrección, la existencia misma. Como todos los escritos que versan sobre el origen y la dirección del hombre y de todo lo que lo rodea, el Popol Vuh resulta un libro exquisito. Lo leí en el marco de una materia en la universidad entre colectivo y colectivo. Elegí la traducción de Recinos. Me queda pendiente para alguna otra vez, la traducción de Chavez. 

3. Miguel Ángel Asturias - Hombres de Maíz: Lo leí en el marco de la misma materia que al Popol Vuh. Una lectura difícil para mí. Resultó un verdadero desafío, si he de ser sincero. Pero valió la pena. Cada página está repleta de metáforas y de descripciones sin igual; el estilo poético de Asturias, si bien traba la lectura, la dificulta, también la hace más amena. Miguel Ángel Asturias no sólo supo reescribir el libro del consejo, sino que lo hizo en forma magistral, circular, casi como si de una tragedia griega se tratara -aunque no hay nada de clásico ni de latino en su libro, cabe aclarar -.
La novela no sólo funciona como reescritura del Popol Vuh, sino que viene a plantearnos un problema relacionado al indígena, a los mitos, a lo sagrado y a aquellos que son ajenos a esto: los ladinos. ¿Es el maíz sólo una mercancía con la cual comerciar, como el chocolate, los perfumes o los autos? ¿O es un alimento sagrado que el hombre debe sembrar para sí y su familia con sus propias manos, alimentando a sus dioses y a él mismo?

4. Calderón de la Barca - La Vida es Sueño: Otra obra leída en la universidad. Calderón y su conosidísimo drama filosófico lograron atraparme, contrario a lo que pensaba antes de comenzar su lectura, es una obra que se lee muy bien. Se entiende y deja, al terminar, un sabor agradable en la boca. El teatro y los dramas no son mis lecturas preferidas, pero Calderón lo logró. La evolución de los personajes, el argumento, la idea de la vida como sueño... Todo cuaja perfecto y como lector, no puedo dejar de sentir regocijo al pensar en esas páginas leídas. 

5. Jorge Luis Borges - El Libro de Arena: Borges, con cada lectura, crece. Cada cuento, cada ensayo, cada poema, hace que admire un poquito más a este señor. El libro de Arena es una recopilación de cuentos más que loable. Jorge Luis sabe sorprender y dejar a sus lectores con ganas de leer otro cuento más. Cabe mencionar para aquellos curiosos que no se animan a acercarse a Borges, un par de cuentos que se encuentran en este volumen: "Úlrica", "El Otro", "El Espejo y la Máscara" y el que da título a la compilación, "El Libro de Arena". Recomiendo mucho estos cuentos. 

6. Fiodor Dostoievsky - El Jugador: Siempre que agarro una novela de Fiodor, la agarro con cierto recelo. Yo sé que es genial, que una vez que la empiece va a atraparme. Pero, sin embargo, se me presenta como un autor imponente. Lo comencé a leer y todo fue muy rápido. El maestro ruso, como siempre, nos deslumbra con esas excursiones a las mentes y las almas de sus personajes. Una novela autobiográfica, que sabe golpear contundentemente al lector. Ya lo decía Julio Cortázar, la novela gana por puntos, y Dostoievsky siempre nos apalea. 

7. Edgar Allan Poe - El Cuervo y otros poemas: Voy a ser breve. Lo de Poe es siempre majestuoso. Albergaba esperanzas de tener tiempo de leer sus Cuentos Completos antes de que acabara el año, pero no será posible. Sin embargo, pude darme el lujo de leer estos poemas del autor norteamericano que más admiro; melancolía y oscuridad son las palabras clave. Poe es un romántico que se expresa con pluma maestra. Recomendado a aquellos que gusten de leer poesía. 

8. Franz Kafka - El Proceso: ¿Qué es algo Kafkiano? La respuesta está en esta novela. Caos, confusión, desorden. Ese universo caótico de Kafka se hace corpóreo en El Proceso. Josef es procesado y no sabe ni siquiera por qué. Todo sucede como en una especie de espiral o embudo, velozmente y sin ninguna razón concreta, sin ninguna explicación. Josef pasa por el proceso de deshumanización de la sociedad humana. Una novela que logró ponerme los pelos de punta y hacerme usar el cerebro -tres hurras por Kafka -. Si sos uno de esos lectores que buscan toparse con un muro enorme y abrumador en una lectura, vas a disfrutar leyendo El Proceso

9. Albert Camus - El Extranjero: Leí esta obra inmediatamente después de terminar El Proceso. Camus, con un estilo simple, viene a presentarnos a un personaje extraño. Un personaje con una escala de valores diferente. Un extranjero en la sociedad humana. Su actitud indiferente hacia todo aquello que acontece frente a su nariz lo lleva -en una serie de acontecimientos -al homicidio y posteriormente, es condenado a muerte. Una novela angustiante que lleva a plantearnos el absurdo en la existencia misma. 

10. Robert Louis Stevenson - La Isla del Tesoro: ¡Buen día, aventura! Una novela que llevaba años queriendo leer y que por uno u otro motivo, no había podido hacerlo. En las vacaciones de invierno me alisté en La Hispañola y viví algunas aventuras junto a Jim Hawkins. Stevenson ya me había demostrado antes de lo que era capaz en relatos como El Diablo en la Botella, o la super conocida Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Pero esto es otra cosa, un estilo mucho más simple, pero entretenido y llegador. Capítulo a capítulo uno se desliza entre estas páginas con gran intriga, devorando con avidez el relato de lo que sucede a los aventureros. La Isla del Tesoro es una de esas novelas que el lector llevará siempre en su memoria. Si lo tuyo son las aventuras, las tierras lejanas y el misterio, te recomiendo esta lectura. Seguro quedarás encantado. 

Quedaron muchos libros afuera de esta lista y me quedaron varios libros por leer en este año. Pero es una lista bastante justa. Creo que son los diez que merecen estar. Deseo al lector un feliz año nuevo. 

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